La Carretera

Después de una tormentosa lectura nocturna (en 2008), al llegar a la última página de la novela “La Carretera”, una sensación: “escalofriante”. Y preguntas: ¿por qué existimos? ¿cuál es el límite del amor? ¿dónde termina nuestro camino? Este es un texto con consecuencias.

El horror es un pretexto para exhibir aquí parte del repertorio de lo bueno que tenemos los humanos, fortalezas, miedos, esperanzas. Y el deseo de vivir.

Corman McCarthy ganó el premio Pulitzer 2007 con este libro en el cual Coloca al lector a lo largo de una carretera, con y sin asfalto, y lo convierte en el silencioso acompañante de un padre y su pequeño hijo que caminan y caminan, arrastrando un carrito de supermercado, en un viaje que aparentemente no tiene destino.

No es una novela de terror en el sentido clásico de la palabra, aunque hay situaciones terroríficas. Tampoco es una novela existencial, pero la angustia de vivir está allí como una presencia concreta e ineludible. ¿Ciencia ficción?  Es, eso sí, una novela de amor, de un amor tan potente y primitivo que resulta, hay que decirlo una vez más, escalofriante.

Los dos personajes recorren la carretera después que un holocausto ha destruido la civilización. El paisaje estéril es un reflejo de la muerte. Las prioridades de cada día son combatir el frío, el hambre y la sed. Luchar contra los recuerdos, en el caso del hombre, y encontrarle sentido a la carretera, en el caso del niño.

La situación empeora porque además hay otros sobrevivientes, tan hambrientos y desesperados como ellos. La carretera, que es literalmente un hilo conductor para sus vidas, también es peligrosa por la presencia de depredadores, incluyendo bandas de caníbales que nos asedian (nos, porque el lector es involucrado) recreando el miedo primigenio a ser comido por nuestros semejantes.

A ratos es difícil pasar de página. El miedo del padre y del hijo a quedarse sin el otro es contagioso. McCarthy logró producir una obra que descarta las reacciones de indiferencia y que nos coloca frente a la decisión del hombre por seguir adelante. Es el niño, que no conoció un ‘antes’, quien se pregunta por qué.

El recorrido es justificado por la necesidad de escapar del frío. El objetivo real es sobrevivir en medio de la nada y el caos. El hombre observa a su hijo desnutrido, capaz de alegrarse y esperanzarse con pequeñas cosas. Ese niño es el nuevo ser humano en un mundo destruido.

Fin.

Cormac McCarthy, “La Carretera”, Literatura Mondadori, Editorial Sudamericana, 2007

Este es un texto de Luis Córdova. El libro acababa de llegar a una librería de Santiago y el encargado lo recomendó. Dijo que le parecía tan bien escrito y desarrollado, como si el escritor siguiera un camino, o carretera, previamente trazado. No dura mucho porque es corto, pero deja huella. También se hizo una película.

La imagen fue generada por AI de Pixlr.


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