Noche particular

Abrir los ojos sin premeditación a las cuatro de la mañana para encontrarse expulsado hacia este lado de la realidad puede ser dramático. Aunque de pronto en la oscuridad se dibuja una fecha: 10 de septiembre de 2008. ¡Es hoy! Miro por la ventana como si fuera un acto reflejo: el mundo aún existe y nada parece perturbar el avance de la noche hacia el día. Ni siquiera el hecho que se haya puesto en funcionamiento el más grande acelerador de partículas del mundo, un experimento tan famoso como incomprendido donde en teoría podría replicarse el Big Bang universal. (Imagen: CERN)

Voy hacia la computadora que está fría, abro el programa de navegación y escribo una dirección: http://www.cern.ch. Es el sitio web del megalaboratorio con sede en Ginebra donde construyeron un túnel circular de 27 kilómetros a 100 metros de profundidad, enfriado a 271 grados bajo cero, con el fin de servir de pista de carreras para protones que viajaran casi a la velocidad de la luz. El túnel se llama: Gran colisionador de hadrones.

Oh oh, el sitio web no funciona. Está muerto. Pese a que se supone que el centro de investigaciones cuenta con una ‘superinternet’ denominada ‘The Grid’, y a que allí mismo fue que inventaron la World Wide Web para resolver un problema doméstico de intercambio de información, una y otra vez la página falla, da error. Son las 4,25 am en Santiago, es decir las 10,25 en Ginebra, el experimento debería haber comenzado hacía una hora y media.

Por un breve instante coqueteo con la idea que las instalaciones del CERN hayan sido tragadas por uno de los microagujeros negros pronosticados por los apocalípticos. O por obra maligna de alguien que quiso evitar, por si acaso, cualquier otra prueba de la inexistencia de dios. O quien sabe, tal vez una ola de antimateria producida por el choque de partículas se extiende por el planeta en este momento. Los titulares especulativos habían asustado a los niños en diversas partes del mundo (aunque uno pensaría que los niños de esta época son más apocalípticos que integrados). Hasta el día anterior, la oficina de prensa del CERN estaba inmersa en una campaña para garantizar que el experimento del acelerador es seguro y no pone en riesgo el planeta.

Trato una y otra vez, pero el sitio web no funciona.

Dada la incertidumbre prefiero volver a dormir. Al fin y al cabo no soy de los que creen en pronósticos de profetas de segunda clase, y por ningún motivo comulgo con los fundamentalistas religiosos o creyentes en general que tienen el acelerador de partículas en la mira, después que en los diarios y blogs se ha escrito que los científicos en el Gran colisionador andan en busca del origen del universo y de la ‘partícula dios’. En cambio, debo trabajar temprano.

Antes de salir de casa por la mañana el sitio web del CERN finalmente aparece en la pantalla. Nada raro ha sucedido. Reviso los sitios de noticias y hay toneladas de información sobre el acontecimiento: el acelerador funciona, los protones viajan a toda velocidad, los científicos se abrazan, el fin del mundo no sucedió. De hecho el experimento se atrasó y comenzó a las 10:28 hora de Ginebra.

Aunque, y esta es nota decepcionante, aún es temprano para saber cuáles serán sus consecuencias. Pese a que pareció el lanzamiento de una nave espacial, con transmisiones en directo y ruedas de prensa a cada rato, mientras los morbosos esperaban que hubiera un fallo cósmico, pasarán semanas antes que las partículas comiencen a chocar realmente, y meses antes de conocer los resultados. Así que aún hay tiempo para que pase lo bueno o lo malo, lo probable o lo improbable.

La verdad es que pocas veces hubo tanta expectativa con un experimento científico. Y probablemente sea el más publicitado de todos los tiempos. Tal vez, sea uno de los menos comprendidos de la historia.

Porque lo cierto es que nadie parece saber muy bien lo que va a obtenerse. Las explicaciones son apasionadas, pero no queda muy claro cómo exactamente vamos a presenciar el advenimiento de una ‘nueva era’ en el mundo de la física. Claro, además el experimento podría fracasar.

Los rayos parten en direcciones opuestas, chocan, y los efectos del choque son recogidos por detectores. La lista de resultados esperados incluye: obtener por primera vez el bosón Higgs, una micropartícula que ya existe en la teoría y que tiene propiedades inquietantes; obtener información relevante sobre la energía y la materia oscuras que al parecer forman la mayor parte del universo; recrear materia y reacciones ocurridas en el marco del Big Bang; y probar una serie de teorías de la física de partículas.

No sería mala idea que alguien pudiera explicar cómo influirá todo esto en nuestras vidas. Y es de esperar, eso sí, que de aquí no surjan nuevos medios de destrucción masiva, aunque… Bueno, para listas detalladas sobre lo que se espera de este experimento, lo mejor es meterse en el túnel mismo:http://public.web.cern.ch/public/en/LHC/LHC-en.html (inglés)

Ya entrada la mañana veo que las noticias sobre el acelerador fluyen por doquier. Google ha colocado una caricatura del acelerador en su logo. Reviso las fotos del CERN y hay solamente gente en un cuarto de control. ¿Dónde diablos están los rayos de protones?

Pero pase lo que pase con la física de partículas la realidad me acosa. El día avanza, y debo llevar mi hijo al dentista.

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